¿El software libre es gratuito?
Como consecuencia indirecta de las condiciones que debe cumplir el software libre para serlo, la mayoría del software libre es considerado en numerosas ocasiones como software gratuito.
El software libre utiliza el término libre con el sentido en el que se utiliza en expresiones como libre albedrío, no con el que se utiliza en locuciones como barra libre. El término libre se refiere a la libertad en el modo de utilización del software, no al hecho que pueda ser gratuito.
La mayoría del software libre es gratuito
Si cualquier persona puede distribuir copias de un programa de software libre determinado, alguna de esas personas puede decidir hacerlo cobrando por esas copias con el fin de obtener una rentabilidad económica, pero podemos suponer que difícilmente tendrá éxito si no aporta un valor añadido, ya que cualquier otra persona puede decidir distribuir copias del mismo software por un precio inferior o de manera gratuita.
Si es difícil obtener rendimiento económico con la venta únicamente de software libre, cómo se obtienen los recursos para financiar su desarrollo.
La financiación del desarrollo del software libre
La explotación de un servicio de valor añadido
Una manera de obtener rendimiento económico a partir del software libre es mediante la explotación de un valor añadido. Ese valor añadido puede ser el conocimiento de experto sobre el software para, por ejemplo:
- Asesorar o impartir formación acerca de su utilización.
- Proporcionar asistencia técnica ante posibles incidencias.
- Llevar a cabo tareas de mantenimiento.
- Integrarlo en un entorno determinado.
- Desarrollar o mejorar prestaciones que obedecen a necesidades específicas.
En servicios de ese tipo basan su línea de negocio muchas personas que trabajan por cuenta propia (freelances) y también empresas que están detrás de proyectos y desarrollos destacados de software libre; en algunos casos se trata de grandes empresas, como Red Hat (adquirida por IBM en 2019) o Canonical, pero en otros casos son pequeñas empresas, grupos de voluntarios o desarrolladores independientes.
La aportación de recursos por parte de voluntarios
A veces, un proyecto de software libre se financia a partir de un modelo de negocio definido claramente para su explotación comercial y otras veces no hay un modelo de negocio definido y se sostiene porque algunas personas le dedican tiempo y recursos propios o porque recibe donaciones voluntarias de empresas y particulares que deciden apoyar de este modo que el proyecto siga su curso.
El hecho de que algo pueda utilizarse de manera gratuita no significa que no debamos considerar la posibilidad de pagar por su utilización o colaborar de algún otro modo en su desarrollo o difusión para ayudar a que siga existiendo y mejorando.
Uno de los mayores proyectos de software libre es el del desarrollo del sistema operativo Debian a través de una organización integrada en su totalidad por personas voluntarias: más de 900 con una membresía considerada oficial y más de 1.100 que han llevado a cabo algún tipo de contribución que se ha registrado a lo largo del año 2022.
Es posible descargar gratuitamente, a través de las páginas de sus sedes en Internet, la mayoría de aplicaciones de software libre a las que me refiero en estas páginas; pero, del mismo modo, también es posible hacer donativos para financiar o apoyar su desarrollo u ofrecer algún otro tipo de colaboración:
- Mejorar el código.
- Elaborar manuales o tutoriales.
- Traducir los menús o los manuales a otros idiomas.
- Promover su utilización.
Si hay algún proyecto de software libre que quieres que siga adelante, que perviva y mejore, apóyalo.
La venta de la versión compilada
Otra manera de obtener recursos para la financiación de un proyecto de software libre es mediante la venta de las versiones compiladas, listas para su utilización.
Normalmente, los programas informáticos se escriben en un lenguaje de programación clasificado como lenguaje de alto nivel que debe convertirse o traducirse a un lenguaje clasificado como de bajo nivel para que el ordenador pueda ejecutarlo. Esta conversión del código fuente a código ejecutable se denomina compilación y se lleva a cabo mediante un programa denominado compilador.
En todos los proyectos de software libre, el código fuente se publica y es accesible de manera gratuita, pero en algunos proyectos los desarrolladores ofrecen la versión compilada sólo después de que se abone un importe determinado. Esta versión compilada va dirigida a aquellas personas que carecen de los conocimientos para llevar a cabo la compilación o no desean dedicar su tiempo y recursos a hacerla.
Desde la página web de Ardour, por poner un ejemplo, es posible descargarse gratuitamente el código fuente de la aplicación, que deberá compilarse para que pueda ser utilizado; también puede descargarse una versión compilada para GNU/Linux, Mac OS X o Windows pagando lo que se desee a partir de 1$ al mes o a partir de 45$ si se desea realizar un solo pago.
La comercialización de una versión empresarial
Algunos proyectos que disfrutan de una buena aceptación o una creciente base de usuarios y buscan una rentabilidad económica desarrollan una versión empresarial o edición empresarial que tiene un precio y que cuenta con prestaciones y servicios adicionales a los que tiene la denominada versión de la comunidad o edición de la comunidad. Dos ejemplos de esta fórmula pueden ser el software de copias de seguridad Bacula y el software de alojamiento y compartición de archivos OwnCloud.
La financiación de software libre con dinero público
Ha habido numerosos proyectos de desarrollo de software libre desde organismos gubernamentales en diversos países, principalmente de sistemas operativos y aplicaciones que pudiesen utilizarse de manera generalizada en oficinas de la administración pública y en centros educativos. Dos ejemplos podrían ser Canaima GNU/Linux, una distribución diseñada inicialmente para la Administración Pública de Venezuela por el Centro Nacional de Tecnologías de la Información y hoy disponible para el público en general, y Lliurex, la distribución GNU/Linux de la Generalitat Valenciana para los centros educativos.
¿Dinero público? ¡Código público!
Son muchas las veces en que un organismo o departamento gubernamental puede necesitar una aplicación de software con unas características específicas que no se corresponden con las de las soluciones disponibles. En esas ocasiones, puede encargar a un departamento de tecnologías de la información de la misma administración el desarrollo de la aplicación que necesita o, más frecuentemente, convocar un concurso público o una licitación para que una empresa externa lleve a cabo el desarrollo. ¿Quién debe ser en ese caso el propietario del código desarrollado con el dinero de los contribuyentes?
Desde la FSFE o Free Software Foundation Europe, que se presenta como una organización independiente hermana de la FSF, se ha lanzado la campaña ¿Dinero Público?¡Código Público! en la que se defiende que todo el software desarrollado con dinero de los contribuyentes debe ser publicado bajo una licencia de software libre.
El software libre como dinamizador de la economía local
Las grandes multinacionales del software privativo, como parte de las restricciones que imponen a su utilización y distribución, limitan también en muchas ocasiones quién puede ofrecer servicios de valor añadido a partir de él. Además, la mayoría de los beneficios económicos que genera no revierten en la economía local, sino que se transfieren a otros lugares en los que esas grandes empresas tienen su domicilio social.
El software libre, al poder ser utilizado, estudiado y compartido por cualquier usuario, al permitir que se puedan elaborar nuevas aplicaciones a partir de su código y al no limitar quién puede ofrecer servicios de valor añadido a partir de él, favorece la creación y supervivencia de iniciativas alrededor de las de tecnologías de la información que proporcionen servicios y soluciones personalizas y a nivel local.
El software libre como elemento clave de la soberanía tecnológica
La dependencia que tenemos de la tecnología informática en nuestra vida cotidiana es cada vez mayor. Si nos fijamos en las empresas y en los organismos gubernamentales, veremos que su gestión sería hoy impensable sin esa tecnología. Esta situación otorga un enorme poder en las estructuras económicas y políticas a empresas de las tecnologías de la información, en muchos casos grandes multinacionales del software privativo, cuyo objetivo no es satisfacer las necesidades e intereses de los ciudadanos, sino obtener un beneficio económico.
En ese contexto, el software libre puede ser un elemento clave para la recuperación de la soberanía tecnológica tanto por parte de de los gobiernos como por parte de grupos sociales y a nivel individual.
En el software libre, tú NO eres el producto
Seguramente habrás oído decir que cuando algún producto es gratuito es porque en realidad el producto eres tú. Esa afirmación, que parte del supuesto de que el objetivo de cualquier actividad es o debe ser el rendimiento o beneficio económico, puede ser válida para algunos programas de software privativo gratuitos o para algunos servicios de software en la nube gratuitos, pero, como consecuencia de la libertad 1 o libertad de estudio, es muy difícil que se aplique en programas de software libre.
Software gratuito que NO es software libre
Es fácil encontrar software gratuito que NO es software libre y que puede recibir algunas de las siguientes denominaciones:
- Freeware: Es un término genérico para referirse al software privativo gratuito.
- Adware: Es software privativo gratuito que muestra publicidad.
- Freemium: Es una edición o versión gratuita de un software privativo que dispone de una versión más completa o con funciones o prestaciones adicionales que es de pago.
- Shareware: Es un software que normalmente está disponible de manera gratuita para uso personal, pero tiene un precio para su utilización en un entorno profesional.